Según el saber tradicional hindú, todos los elementos de la realidad, incluidos los alimentos, poseen en mayor o menor medida tres cualidades esenciales llamadas gunas, que son: satva (amor, equilibrio y pureza), rajas (actividad y pasión) y tamas (apatía e inercia).
Las características mentales de una persona pueden juzgarse según las gunas y resultan estimuladas o compensadas por el tipo de alimentos que come.
La dieta yóguica ideal se centra en alimentos con predominio de guna satva, indicados para nutrir la mente, puesto que aportan equilibrio anímico, serenidad, concentración y lucidez.
La dieta del yogui es lactovegetariana pues se consideran alimentos sátvicos las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, los frutos secos, los cereales y los productos lácteos, y cuanto más frescos mejor.
Los huevos, la carne y el pescado no se consideran convenientes por razones éticos, espirituales y por supuesto de salud.
Estas recomendaciones dietéticas aparecen en los textos antiguos de la tradición hindú, como el Hatha Yoga Pradipika y el Baghabad Ghita, curiosament los conocimientos científicos actuales no contradicen a estos textos. La selección de alimentos sátvica, rica en hidratos de carbono y pobre en grasas, satisface las necesidades nutricionales y es que puede que la más adecuada de todas para favorecer la producción de la serotonina, neurotransmisor relacionado con los estados de bienestar y de tranquilidad.
Aunque la dieta sátvica estricta no es la más recomendada para todas las personas. Lo es para aquellas personas con motivaciones casi exclusivamente filosóficas, pero las personas que desarrollan una actividad relacionada con la materia precisan alimentos rajásicos. Estos nutren el cuerpo más que la mente, excitan el sistema nervioso y el metabolismo de modo que la persona goza de más empuje, como el que necesitan las personas para realizar las actividades cotidianas. Los alimentos tamásicos no son recomendables en ninguna ocasión.
Además del tipo de alimentos, el Yoga otorga importancia a la preparación y la actitud con la que se consume la comida. La elaboración es crucial, un alimento fresco es sátvico puede transformarse en tamásico, por ejemplo la uva deja de ser idónea cuando se transforma en vino, o el arroz pierde cualidades cuando se recalienta.
Los yoguis aseguran que la comida incorpora de alguna manera los sentimientos y los pensamientos propios y los de las personas que han preparado los alimentos. En realidad no solamente los yoguis piensan así, cualquier persona prefiere comer platos preparados con cariño y buen humor. Se puede decir los mismo sobre la compañía o la conversación.
Es fácil comprobar que los mismos alimentos no sientan igual si se comen en un ambiente positivo y con una buena predisposción o rodeados de incomodidad y malas vibraciones. Por eso es conveniente sentarse a la mesa estando tranquilos, relajados y con sentimientos de agrecimiento hacia la persona que ha preparado los alimentos.
El acto de comer debe ser cuidado. Hay que saborear los alimentos ( a través de los sabores se adquiere de los mismos información valiosa), masticarlos e ingerirlos lentamente para favorecer una buena digestión.
Los yoguis insisten en la importancia de no saciarse, para ello ofrecen una regla: llenar la mitad del estómago de comida, una cuarta parte de agua y dejar la otra cuarta parte libre. Según las tradiciones hindúes, la cena conviene que sea ligera y cada cierto tiempo (una o dos veces a la semana) es recomendable ayunar durante un día para dar descanso al sistema digestivo.
Tres tipos de alimentos, según el Yoga:
1.Alimentos sátvicos. (Lo espiritual). Estimulan la calma y la claridad mental, el estado de ánimo es estable y los sentimientos puros. Son alimentos de este tipo las frutas bien maduras, la leche y sus derivados frescos, los cereales, las verduras, los frutos secos, las legumbres, la miel, el aceite virgen de oliva y agua pura. Estos alimentos deben tomarse crudos o cocinados sin exageración. Si se toman con prisas o demasiado fríos o calientes adquieren cualidades rajásicas. Las combinaciones deben ser sencillas, sin refinamiento.
2.Alimentos rajásicos. (Lo fuerte, lo energético). Proporcionan energía física y fuerza de voluntad, pero a la vez excitan el sistema nervioso y favorecen la dispersión o la imaginación desbocada. Igualmente fomentan las relaciones personales dominadas por las emociones. En los casos de desgana se recomienda tomar alimentos rajásicos a modo de estimulantes suaves. Son alimentos rajásicos los pescados y las carnes de animales salvajes, recien cazados, los huevos frescos, el café, el té, el tabaco, las bebidas de cola, el cacao, el azúcar blanco, la sal, el ajo, la cebolla, los rábanos, las comidas muy especiadas, el pan blanco y la bollería.
3.Alimentos tamásicos. (Lo que es lento y pesado). Estos alimentos favorecen la pereza, la depresión y la irritación. Son los alimentos en que los componente sutiles han desaparecido porque han perdido su frescura, han sido recalentados o muy manipulados. Forman parte de este grupo los pescados y las carnes de animales muertos hace días, las setas, los quesos curados, en especial los azules, las frituras, la fruta demasiado madura o verde, el vinagre y las conservas. Estos alimentos están relacionados con enfermedades como la obesidad, la artritis, las úlceras... Por último mencionar que cualquier alimento en exceso es tamásico.
La fuente en la que está basada esta entrada se encuentra en http://www.elcorreodelsol.com/
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